sábado, 18 de junio de 2011

Un mundo aparte

Dejando de lado un rato mi papel de antifeminismo de hablar de cosas de mujeres y creerme que la rompo hablando de maquillajes y tangas, o el hecho de no considerarme de la comunidad mujeres por diferentes especímenes que no m agrada ni un poco que pertezcan a mi "raza", voy a hablar de algo que  m devuelve la vida como una especie de miniregalo a cambio de bancarme la mierda mal cagada que es ser mujer.
Lo que estaría bueno sería dejar de lado tanta sanata e ir al grano, y sí. EL BAÑO DE MUJERES.

Creo que las mujeres tenemos esa capacidad de crear un mundo aparte donde sea. Y con los baños de los boliches, debo admitir, la hacemos bastante bien. Creo que si fuese hombre además de voltearme a cuanta cosa linda se m cruce por delante, tendría una desmesurada intriga y necesidad de saber por qué carajo se escuchan tantos gritos, conversaciones con cierta dislexia oral, risas y la razón por la cual siempre salimos felices, y no por el sólo hecho de haber descargado órganos o haber saciado algún tipo de vicio.
Nadie puede negar que de las mejores noches que se pasan en lugares bailables, los mejores momentos transcurren en el baño. Es casi imposible que en la recreación de la noche post-resaca no haya un "y cuando estabamos en el baño" o las tan famosas "chicas del baño", porque siempre existe la chica del baño con la que quizás te contaste toda tu vida y tus mambos inentendibles (y sobretodo si lo contaste habiendo ingerido sustancias varias, lo que te adjudicaría un 20, 30 por ciento de claridad en el habla). Y, ni hablar, de que de dicho lugar, la más odiada puede salir con la mitad de la cabeza rapada a mano, o bien siendo tu nueva pseudoamiga con la que "te cagaste de risa", o la que no te quedó otra que pedirle que te tenga la puerta porque las puertas marginadas que tienen por lo general tienen las trabas rotas o el palito está más abajo del agujero, lo que no te permite embocarlo y menos... en "ese" estado.
Y por último, las viejas, conocidas y vayaasaberporqué (porque no hacen una mierda) queridas MARÍAS. Si, la señora que está sentada en la banqueta, que antes de la 1 tiene dos rollos de papel enteros que lo manoteás como si te fueras a echar el garco de tu vida sólo p disfrutar que HAY PAPEL y cuando realmente lo necesitás, una hora y media después, quedan solamente los rollos de cartón tirados en el piso (porque obvio, María no los va a andar juntando) pisoteados, meados, vomitados y con restos de alcohol, que se te caen cuando entrás tambaleandote con el vaso de acá p allá y que seguramente cuando salgas no vas a tener más bebida, ni vaso.
Sin contar, que obvio, el baño es el lugar de encuentro muchas veces. Perdés a tu amiga en el medio del boliche y seguramente está a los arrumacos limpios en contra de alguna pared o en un sillón, pero vos como una boluda pensás, "voy p el baño, capaz está ahí".
Si tenés que hablar por teléfono, peinarte, acomodarte, hablar, sacarte fotos o respirar, vas al baño. Apenas entrás, después de la primera botella, y más adelante, aproximadamente y sin exagerar mucho, después de cada vaso.
Mientras el hombre es nada más ni nada menos que: entrar, pelar, mear, sacudir y salir, sin decir ni A, y más que seguro, tampoco lavarse las manos.
Un saludo desde mi humilde morada a aquellas que fueron mi sostén de puerta, mi odiada casi pelada, mi odiada que m hizo reír, mi diario íntimo y demás cosas, sin siquiera haber tenido que registrar su nombre.


Suena bastante boludo decir que es algo bueno de ser mujer, pero,  boluda soy, así que...

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