lunes, 23 de agosto de 2010

Pequeño amor

Muchas veces los grandes ideales de vida comienzan en nuestra niñez. Como lo que queremos ser cuando seamos grandes, cómo queremos que sea nuestra familia, cuántos hijos, los nombres, o el típico "cuando yo tenga un hijo le voy a dejar hacer todo lo que mamá y papá no m dejan" cosa que cuando tenés un poquito más de madurez te das cuenta que... no lo vas a hacer ni a palos, y que mamá y papá suelen tener razón en ciertas cosillas. Pero... lo más importante y lo más lindo de mi niñez, eran las ideas sobre "el amor todo lo puede" que ya se incubaban en mi pequeña persona.
Y es que el otro día, chateando con mi progenitora y hablando de todo un poco, trajo a mi un recuerdo más que simpático, y es el amor profundo que alguna vez sentí por mi querido Roberto Pettinato (más allá de ciertas críticas que a esta altura de mi vida puedo hacerle, sigo pensando que a pesar de sus años, sigue estando bastante fuerte) si mal no recuerdo, en la época en la que tenía un programa con Gonzalo Bonadeo.
Pero como era costumbre, no podían faltar los comentarios de mis hermanos tirando abajo mis inocentes ilusiones, cuestionando el amor que, yo creía, algún día podía concretarse. A lo que yo respondía "es fácil, rompo el tele, tiro una soga y lo traigo". jajajajajajajajajajaja ¡cuánta inocencia la mía! y cuánta convicción en mi discurso.
Y ahora que lo pienso, si fuese posible, creo que en toda mi corta vida habría tenido más novios y salientes que juguetes.

(Cabe aclarar, que en la época de tales ideas, tenía unos escasos... 4, 5 años, no vale burlarse o pensar "que pendeja boluda" o capaz sí, quéseyo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario