martes, 29 de octubre de 2013

Eso.

Alguien me dijo, con total seguridad, que la vida se ocupa de ponernos adelante, una y otra vez, aquello que no somos capaces de aceptar y superar. No fue ningún sabio, sino esa persona que me demuestra que por mucho que vivamos, por mucho que pase el tiempo, siempre estamos aprendiendo. Nunca llegamos a saber todo por completo.
Y hoy estoy segura de que es así. De que la vida nos golpea y que, aunque a veces nos neguemos a verlo, no lo hace con maldad, sino que quizá es un llamado, es esa alarma que posponemos cuando no queremos despertarnos, diciéndonos que ya es hora, ya es hora de despertar, de abrir los ojos, de asumir las responsabilidades, de aceptar y salir a vivir. Finalmente levantarse.
Porque es así, porque a veces nos negamos a despabilarnos, creemos estar cómodos en el lugar en el que nos posicionamos, en la comodidad de nuestro mundo. Y hay cosas en la realidad que tarde o temprano nos obligan a hacerlo y ver que no todo es como lo que soñamos. Que ese ideal está lleno de obstáculos, que pueden superarse, pero que están. Y no podemos vadearlos si no los vemos con claridad primero. Lo más fácil es enojarse, es culpar a otros, o a la vida misma, pero si vamos más al fondo, los únicos artífices de esto somos nosotros mismos. Todo lo que hacemos tiene consecuencias. Y de alguna manera, mal que nos pese, todo lo que nos pasa, bueno o malo, fuimos nosotros mismos quienes lo atrajimos, de algún modo, sin darnos cuenta, hace tiempo, o sólo segundos. Lamentablemente hay cosas que no pueden controlarse. Que están fuera de nuestro alcance. Y eso es la vida, eso son los problemas, el karma, como quieran llamarlo. Eso es la VIDA. Poniéndonos una y otra vez frente a nosotros aquello que no fuimos capaces de asimilar como un aprendizaje.

ESO es lo que me dijo mamá con sólo una frase. Y acá estoy escribiendo menos de un décimo de todo lo que m implantó con ella.

1 comentario: