Odio, detesto, aborrezco y todo sinónimo chocante y relativo a la repulsión que pueda llegar a existir, la palabra PERDÓN. No sé si es porque la escucho tan seguido en cualquier tipo de situación, o porque m pasé toda mi vida teniendo que "perdonar" cosas imperdonables, teniendo que soportar cosas tan feas que marcaron mi vida p siempre y los culpables siempre pretendieron solucionarlo con disculpas, que siento y pienso que perdió totalmente su significado. Lo siento tan vacío, tan trillado.
Y es que no sé si en algún tiempo fue usado como se debía, si la gente realmente lo sentía al decirlo, o bien siempre fue así de PEDORRO.
No sé qué es lo que le hace pensar a la gente que con una simple palabra pueden borrar el dolor que causaron con otras, o con alguna acción. "Porque cuando duele, nunca se olvida", como dice mi hermano no reconocido Fontanet.
Desde que empezamos a hablar, nos enseñan a pedir disculpas cada vez que nos mandamos un "moco", ¿por qué no nos enseñan a directamente no hacerlo? y si lo hacemos de todas formas, habría que hacer que no se repita, porque ya de chicos tenemos esa "viveza" de saber que si hacemos algo mal, lo "solucionamos" con un PERDÓN. Pero... ¿cuando nuestros errores son más graves?... cuando ya no son haber roto un juguete, un espejo de mamá o un vaso por no hacer caso en ponerlo más lejos del borde de la mesa... sino que lo que estamos "rompiendo" son los sentimientos de los demás, o desacomodando sus vidas. Esas son las cosas que no se solucionan con una simple palabra, que quedan en el recuerdo, por poco o mucho tiempo, pero quedan. Es tan difícil perdonar, como aceptar el error que cometimos. Personalmente, muy de vez en cuando pido perdón, sólo cuando sé que va a estar seguido de acciones que reivindiquen mi error, procurando no volver a cometer ese, ni ningún otro que se le parezca.
Es difícil hacer las cosas bien, lo sé, pero cuando no es así, hay que buscar formas más genuinas de arreglarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario